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Etic
Creo que, en efecto, la complejidad y envergadura del desequilibrio, tanto para el hombre como para la biosfera, que se introdujo con la rebelión edénica fue de tal magnitud (especialmente a nivel microscópico o sutil, esto es, que escapa aun hoy a la capacidad del análisis científico del hombre) que se requiere mucha profundidad para poder elaborar un informe medianamente documentado del alcance y resultados devastadores, en relación causa-efecto, que ha tenido dicho desequilibrio. Además, a ello habría que añadir, como dice la sagrada escritura, la actuación de unas fuerzas sobrehumanas inteligentes y perversas, demoníacas, que en los comienzos estuvieron encarnadas por un individuo angélico que en términos bíblicos se le apoda "la serpiente antigua", pero que en la víspera del Diluvio llegó a ser ya una pléyade de personas diabólicas sobrehumanas (ángeles caídos). Saludos.