Jehová, hablando al pueblo mediante un ángel,
les dio lo que se conoce como los Diez Mandamientos (Éxodo 20:1-17). ...
Jehová escribió esos mandamientos en tablas de piedra, las mismas que Moisés quebró cuando vio a los israelitas adorando un becerro de oro.
Él dijo: “Si observan mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he observado los mandamientos del Padre y permanezco en su amor”
(Juan 15:10).
La mejor manera de demostrarle a Jehová que lo queremos es obedeciéndole. El apóstol Juan lo expresó así: “Esto es lo que el amor de Dios significa: que observemos sus mandamientos; y, sin embargo, sus mandamientos no son gravosos” (1 Juan 5:3).
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)