Hay un personaje digno de cualquier novela de intriga y aventuras. Se trata del abogado yanqui, Sherbune Gillette Hopkins. Se le ha calificado de “abogado de todas las revoluciones latinoamericanas”. Chile, Guatemala y Honduras saben mucho de sus andanzas y mudanzas. En el caso de la Revolución Mexicana, donde se afirma labró su gran fortuna, lo vemos vendiendo armas a Madero y más tarde a Carranza. Hay quien afirma fue cerebro gris que llevó acabo el proceso revolucionario y no precisamente por ideales. Su apoyo a Pancho Villa da cese al apoyar el embajador norteamericano, Harry Lane Wilson, al general Huertas. Aun dada esa enorme actividad conspirativa, mi opinión es que si bien tuvo la facultad hacerse rico, no tenia tanto poder controlar el curso de la Revolución.
El detonante que da principio al proceso revolucionario arranca con la entrevista que el periodista James Creelman, de la revista británica “Pearson Magazine” le hace a D. Porfirio, en el Castillo de Chapultepec. Hay una gran preocupación de los estadounidenses acerca de México. A lo largo de la charla en la que D. Porfirio ha cantado las excelencias logradas a lo largo de su mandato describiendo el país que se encuentra de desolación por la guerra y la débil economía. Ahora, se ha dado el gran salto y México se encuentra en vías de desarrollo. En un momento determinado de la conversación, Creelman le pregunta por el retiro presidencial. La preocupación que existe sobre el tema en los Estados Unidos es también mexicana. En ese año de 1908, de una forma u otra D. Porfirio se ha sucedido a si mismo en la presidencia unas cuantas veces. El dictador responde que es hora de su retiro político: “ Daré la bienvenida a un partido de oposición si aparece, lo veré como una verdadera bendición y no como un mal…”.
Entrevista que no solo publica “Pearson Magazine”. Lo hace también el periódico “El Imparcial” de Oaxaca, que todo mexicano puede leer. Estas declaraciones producen el efecto de creer el fin de la dictadura. Se ha dado fe a la palabra de D. Porfirio y se comienza a trabajar para los partidos políticos ¡Ambos se equivocan!
Justo Sierra que forma parte del gabinete, la había advertido a D. Porfirio de lo negativo que sería tanta reelección presidencial. El dictador confió una vez más en sus fuerzas y no miro a su alrededor. Su tiempo había acabado. El mexicano de la calle olvido su experiencia porfiriana y se confió. Así al llegar las elecciones de 1910 nace la Revolución.
Al contrario de lo que se podía suponer por los inflamatorios artículos del diario “Regeneración” la Revolución no llega de forma muy violenta. Como apunté en “México Siempre” el día 5 de octubre de 1910 se da a conocer el “Plan de S. Luis”. Documento por el que se desconoce y se declara ilegal la elección presidencial de 1910. A la población se le invita a que ejerza el sufragio electivo y la no reelección. El levantamiento armado se emplea por necesidad y elemento disuasorio.
La reacción del porfiriato, es la política de juego sucio. Se acusa a Ignacio Madero de desacato a la autoridad, amén de otros cargos. Detenido en Nuevo León es enviado a la prisión de S. Luis de Potosí, donde logra escapar y huir a los EEUU. Una vez allí, desde S. Antonio (Texas) se reúne con sus colaboradores y se lanza el “Plan S. Luis”
Para resumir lo explicado en “México Siempre” diré que a la llamada de Madero acude gente que van formando ejércitos desde el Sur y el Norte. El grupo mas numeroso es el segundo al mando de Abraham González, que lleva en sus filas a Pascual Orozco y Pancho Villa entre la tropa. El grupo primero esta formado por campesinos en los que se encuentra incluido Zapata. Reclaman el reparto de las tierras.
Para el gobierno el grupo del Norte es el más peligroso por que puede controlar la frontera. Allí se pueden comprar armas para la contienda. Con esta situación comienza el día 20 de noviembre la campaña. Los triunfos son rápidos y a favor de los revolucionarios. En el año 1910 se han tomad las principales capitales, entre las que se encuentra Ciudad Juárez, la mas importante. Visto lo cual, Yves Limantour, de la parte porfirista quiere establecer acuerdos y solicita una entrevista, que se le concede con Madero. Se firma documento. Tras este acto, Porfirio Diaz renuncia a la Presidencia de la Republica y se exilia al extranjero.
En el acuerdo firmado se contempla la disolución de los ejércitos revolucionarios. Las indemnizaciones de guerra las pagaran los ejércitos maderistas . los soldados volverán a sus casas. Mientras se convoca a elecciones, el presidente interino será León de la Barra.
En esa situación van transcurriendo los meses y no se realiza ningún cambio. Los zapatistas se desesperan y tomando las armas exigen con apremio la devolución de las tierras. Tiene Madero un encuentro con Zapata y le pide abandone de momento la lucha agraria ofreciéndole a cambio, la Hacienda Veracruz. No acepta y se rompen las relaciones. Victoriano Huertas, que es enviado para reprimir a los zapatistas fracasa.
Gana las elecciones Madero por gran mayoría y nombra como Vicepresidente a Pino Suarez. El gabinete lo forman antiguos porfiristas y familiares ¡No hay un revolucionario!
Entre tanto, Zapata por medio del “Plan Ayala” reconoce como jefe a Pablo Orozco y rechaza el gobierno de Madero. Los porfiristas van ganando posiciones y crece la desesperanza entre los revolucionarios. Zapata por el Sur y Orozco por el Norte hacen la guerra a Madero.
Los porfiristas, a las órdenes de Felix Díaz, sobrino de D. Porfirio y secundados por Bernardo Reyes y Victoriano Huerta idean un plan para derrocar a Madero. Es la “Decena Tragica” que transcurre desde el 8 al 18 febrero de 1913. Se fragua el golpe de Estado y suceden los acontecimientos de Ciudad de Mexico: Obligan a dimitir a Madero y Pino, que son asesinados