Como explico en mi comentario anterior y basado como siempre en las Escrituras, el cuerpo de Jesucristo fue ofrecido como un sacrificio a Dios por los pecados del Israel espiritual a la semejanza del sacrificio quemado durante el día de la expiación que se realizaba anualmente en Israel bajo la ley de Moisés.

Juan 6:51 Yo soy el pan vivo que bajó del cielo; si alguien come de este pan vivirá para siempre; y, de hecho, el pan que yo daré es mi carne a favor de la vida del mundo”.

Luc.22:19 También, tomó un pan, dio gracias, lo partió, y se lo dio a ellos, diciendo: “Esto significa mi cuerpo que ha de ser dado a favor de ustedes ... "

1Cor.11:27 Por consiguiente, cualquiera que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable respecto al cuerpo y la sangre del Señor.

Heb.10:5 Por eso, cuando entra en el mundo, él dice: “‘Sacrificio y ofrenda no quisiste, pero me preparaste un cuerpo. 6 No aprobaste holocaustos ni [ofrenda por] el pecado’. 7 Entonces dije yo: ‘¡Mira! He venido (en el rollo del libro está escrito de mí) para hacer tu voluntad, oh Dios’”. 8 Después de primero decir: “No quisiste ni aprobaste sacrificios ni ofrendas ni holocaustos ni [ofrenda por] el pecado” —[sacrificios] que se ofrecen según la Ley— 9 entonces realmente dice: “¡Mira! He venido para hacer tu voluntad”. Elimina lo primero para establecer lo segundo. 10 Por dicha “voluntad” hemos sido santificados mediante el ofrecimiento del cuerpo de Jesucristo una vez para siempre.
Esa fue la razón principal de la venida de Jesús al mundo con un cuerpo de carne, y la promesa de Dios fue que Él le devolvería la vida con el cuerpo superior que había tenido antes a Su lado.

Juan 17:4 Yo te he glorificado sobre la tierra, y he terminado la obra que me has dado que hiciera. 5 Así que ahora, Padre, glorifícame al lado de ti mismo con la gloria que tenía al lado de ti antes que el mundo fuera.

El cuerpo actual de Jesucristo es un cuerpo de espíritu muy poderoso, justo como el que había tenido antes al lado de Dios. Sus apariciones y desapariciones en carne eran soamente una demostración a sus discípulos de que el Padre había cumplido Su promesa de resucitar a su Hijo de entre los muertos. La ascención de Jesús al cielo marcó el final de esas apariciones carnales de Jesús en este sistema de cosas actual. Ahora Jesús en su cuerpo glorioso está sentado junto a su Padre, el Espíritu, en las regiones espirituales donde habitan los ángeles fieles de Dios también en espíritu.

1Cor.15:45 (...) El último Adán llegó a ser un espíritu dador de vida.

Las siguientes palabras de Pablo aplican a Jesucristo con su cuerpo glorioso.

1Tim.6:15 Esta [manifestación] la mostrará a los propios tiempos señalados de ella el feliz y único Potentado, [él] el Rey de los que reinan y Señor de los que gobiernan como señores, 16 el único que tiene inmortalidad, que mora en luz inaccesible, a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver. A él sea honra y poderío eterno. Amén.

De ninguna manera Jesucristo está ahora en un cuerpo inferior de carne y huesos como si estuviera aun en la forma de esclavo, como la que tuvo al ser un humano:

Fil.2:7  (...) se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo y llegó a estar en la semejanza de los hombres. 8 Más que eso, al hallarse a manera de hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento.

Jesús es la segunda persona más importante y autoritaria de todo el Universo. Decir que él tiene en los cielos un cuerpo de carne y huesos es sencillamente un absurdo.

Las personas que siguen insistiendo en esa creencia, no hacen más que ver el asunto de su resurrección de una manera muy limitada y corta de miras. La única explicación que hallan para eso son las expresiones que se refieren a sus apariciones corporales, como si el resto de los asuntos planteados en este tema no tuvieran nada que ver. Son de miras cortas, de mentes limitadas y faltos de razonamiento y análisis sistemático de las cosas. Se aferran a una creencia insana y se esfuerzan en vano por contradecir los hechos bíblicos. Las personas con mayor capacidad y mejor disposición para razonar y aceptar la realidad, comprenderán este asunto correctamente, basándose en todos los detalles que se exponen y que están relacionados con este tema.

Imaginen que hubiera un juicio de creencias donde la razón, la verdad, la honestidad, la humildad y la disposición de aceptar la realidad aun si fuera contraria a lo que por tradición hemos creído, fueran los jueces para determinar la veracidad de los asuntos, simpre citando de la Biblia. Los individuos que siguen pensando en una resurrección corporal de Jesús ... qué tienen? Tres textos basados en las apariciones corporales de Jesús resucitado y uno donde sus palabras son de doble interpretación. Qué tenemos los que reconocemos su resurrección en espíritu? TODO: textos que lo declaran explícitamente, la explicación de la razón por la que Jesús vino en carne y el propósito de ese cuerpo, la aplicación antitípica de los sacrificios de la ley mosaica al sacrificio del Cordero de Dios, la aclaración sobre el poder de Jesús y su existencia en un lugar de espíritus, el contraste entre su cuerpo anterior glorioso antes de ser humano y la promesa de la gloria que recibiría post-resurrección, los detalles sobre la falta de reconocimiento facial de sus apariciones y un texto que nos explica que esas apariciones eran limitadas, la explicación detallada de lo que son los cuerpos espirituales y la resurrección espiritual, la declaración bíblica explícita de que los cuerpos de carne son inferiores a los cuerpos de espíritu, y muchos detalles más. Y por si fuera poco, los textos citados por la contraparte tienen una explicación lógica y razonable desde esta perspectiva, mientras que los que defienden una resurrección carnal NO PUEDEN DE NINGUNA MANERA objetar o refutar de forma alguna los argumentos de quienes creemos lo contrario, más que repitiéndose como si eso afectara en algo la realidad bíblica.

Como dice la Biblia: tenga discernimiento el lector, o "que el que lea, entienda".