En el Voltaire-Diccionario Filosófico, encontré esta historia sobre otro mesías falso de Moravia:

Jaedro Zieglerne, de Moravia, que vivió a la mitad del siglo XVI, anunciaba que había de venir el Mesías dentro de catorce años; decía que lo había visto en Estrasburgo, y que guardaba con el mayor cuidado una espada y un cetro para ponerlos en sus manos. El año 1624, otro Zieglerne confirmó la predicción del primero, y el año 1666, Labatei-Leví, hijo de Alepo, se fingió ser el Mesías que predijeron los dos Zieglerne. Empezó predicando en los caminos reales y en los campos, y los turcos se burlaban de él, mientras sus discípulos le admiraban. Parece que al principio no atrajo a los hombres importantes de la nación judía, porque los jefes de la sinagoga de Esmirna dictaron contra él sentencia de muerte, pero la conmutaron por la pena de destierro.

Estuvo a punto de contraer tres matrimonios, pero aseguran que no consumó ninguno de ellos, porque decía que casarse era indigno de él. Se asoció con un tal Nathan-Leví, que representaba al personaje del profeta Elías que había de preceder al Mesías. Se presentaron en Jerusalén, y en dicha ciudad Nathan anunció que Labatei-Leví era el libertador de las naciones. El populacho judío se declaró partidario de ellos, pero los que tenían algo que perder los anatematizaron.

Leví, por huir de la tempestad, se retiró a Constantinopla y desde allí pasó a Esmirna; Nathan-Leví le envió cuatro embajadores, que le reconocieron por el Mesías y le saludaron respetuosamente; esta embajada se impuso al pueblo y a algunos doctores, que declararon que Labatei-Leví era el Mesías y el rey de los hebreos; pero la sinagoga de Esmirna sentenció a su rey a ser empalado.

Labatei se puso bajo la protección del cadí de Esmirna, y consiguió entusiasmar a todo el pueblo judío, que se puso de su parte; hizo levantar dos tronos, uno para él y otro para su esposa, tomó el nombre de rey de los judíos, dando a su hermano José-Leví la denominación de rey de Judá. Prometió a los judíos que conquistaría el Imperio otomano, y llevó su insolencia hasta el extremo de quitar de la liturgia judía el nombre del emperador, sustituyéndolo por el suyo.

Lo metieron en la cárcel en los Dardanelos, y los judíos propalaron por todas partes que los turcos le perdonaban la vida porque sabían que era inmortal. El gobernador de los Dardanelos se enriqueció con los regalos que los judíos le prodigaban para que les permitiera que visitaran a su rey, al Mesías prisionero, que en la cárcel conservaba su dignidad y se dignaba consentir que le besaran los pies.

Entretanto, el sultán, que tenía la corte en Andrinópolis, decidió terminar aquella farsa: hizo ir allí a Leví, y le dijo que si era el Mesías debía ser invulnerable; Leví convino en ello. El Gran Señor dispuso entonces que sirviera de blanco a las flechas de sus icoglanes, y el Mesías no tuvo más remedio que confesar que no era invulnerable, pretextando que sólo le enviaba Dios como testimonio de la santa religión musulmana. Al verse continuamente azotado por los ministros de la ley, se hizo mahometano, y vivió y murió tan despreciado de los judíos como de los musulmanes; su conducta desacreditó de tal modo la profesión de falso Mesías, que después de Leví ya no ha aparecido otro.

Está tomado de aquí:


http://www.e-torredebabel.com/Biblio...Filosofico.htm


... donde pueden leer sobre otros falsos mesías.