Eso es lo que mandó Dios desde el principio... pero en esos mandamientos del principio no se manda las leyes del viejo testamento que se escribieron después, y que imponían contratos de matrimonios judaizantes, y que mandaban tener a las mujeres de esclavas, mandaban las cartas de repudio, mandaban matar a pedradas a las mujeres acusadas de adulterio, y otras salvajadas indecibles...
Todas esas leyes de tener a las mujeres de esclavas, repudiarlas y matarlas a pedradas se impusieron mucho después de Moisés...
Los profetas después de Moisés descubrieron que los escribas judíos cambiaban los mandamientos de Dios. El viejo testamento en tiempos de Jesucristo estaba cargado de preceptos y tradiciones de hombres. Los profetas nos dicen:
"...mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas" (Jeremías 8:7-9).
"Así ha dicho Yavé el Señor: Esta es Jerusalén; la puse en medio de las naciones y de las tierras alrededor de ella. Y ella cambió mis decretos y mis ordenanzas en impiedad más que las naciones, y más que las tierras que están alrededor de ella; porque desecharon mis decretos y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos". (Ezequiel 5:5-6)
"Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, cambiaron los mandamientos, quebrantaron el pacto sempiterno" (Isaías 24:5-6).
Y Jesucristo, recordando las palabras del profeta Isaías, también les dijo a los escribas y fariseos que estaban enseñando mandamientos de hombres:
"Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
Este pueblo de labios me honra;
Mas su corazón está lejos de mí.
Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres". (Mateo 15,7-9