Iniciado por
Jaume de Ponts i Mateu
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No había «parquet». Era (es aún) milenaria piedra en perenne gélida carne viva. Entonces, además, los becarios se encargaban de que ni una mota de polvo sobreviviese para devenir siquiera micra de alfombra. ¿Se imagina el gólgota cuando, con los pantaloncicos cortos, el castigo -merecido, of course- era de rodillas con los brazos en cruz?, ¿eh? Sí: hasta se prefería castigara el hermano más riguroso; el que, además, ponía bajo las rodillas purito tembleque piedrecicas. ¡Oh, no debe preocuparse por mí!; no es que fuera muy, muy, muy dócil y sumiso..; pero, eso sí: era lo bastante zorrico para, si acaso, tirar la piedra y esconder la mano con -quizá no está del todo bien que un servidor lo diga..; pero.., ¡es que es la verdad!- notable éxito. Sé, sí, ¡lo que era estar de TIRITANTES rodillas!; pero, ¡vamos..!, en analogía, ¡ni llegué a pasar el parvulario! Otros, ¡pobrecicos!, obtuvieron al respecto doctorados cum laude y hasta más de un Nobel! O sea, que..; tranqui conmigo, amiga mía: yo toreé bien ese toro.
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