Antier vi 'Where to Invade Next', de Michael Moore, y pude verificar, una vez más, que el problema no sólo son los gobiernos, sino también la sociedades mismas. Es claro que la rehabilitación delincuencial existe, pero es algo que, de momento, tan sólo goza un puñado de naciones ultracivilizadas.
Decía mi padre que 'eso de meterse con los hijos cruza el límite de la civilización y la cordura, y despierta el más animal de todos los instintos'.
De sólo pensar que le hagan algo a quien quiero, se me ponen los pelos de punta.