[EL DIOS EMOTIVO, comentario 53]
Al parecer, no sólo porque la construcción de esa torre sería un acto de desobediencia deliberado contra el Altísimo (cosa nada nueva ni sorprendente en la historia prediluviana), sino porque la tal desobediencia comprometería en breve la propia dignidad y supervivencia del género humano sobre la Tierra. ¿De qué manera? Bueno, imaginemos el férreo imperio que se hubiera generado bajo el cabecilla o líder de aquella iniciativa rebelde, Nemrod, del cual se informa lo siguiente: «Kus engendró a Nemrod, que fue el primero que se hizo prepotente en la tierra. Fue un bravo cazador delante de Yahveh, por lo cual se suele decir: “Bravo cazador delante de Yahveh, como Nemrod”. Los comienzos de su reino fueron Babel, Erek y Acad, ciudades todas ellas en la tierra de Senaar (o Sinar)» (Génesis, capítulo 10, versículos 8 a 10; Biblia de Jerusalén).