Ya lo dijo en Jn 6,56, Él viene a nosotros para quedarse con nosotros y habitar en nosotros, no para irse. Él ya no se irá nunca más de nosotros salvo que cometamos pecado mortal. Solamente el pecado mortal lo apartaría de nosotros.
Sí, pero eso no se refiere al tiempo que dura la Presencia de Jesús en nosotros, sino al tiempo que la Presencia de Jesucristo continúa en la Hostia consumida, debido a que es el tiempo que tardan los jugos gástricos en disolverla. Desde el momento que el pan deje de ser pan, y sus moléculas son transformadas en nuestro interior, ya ese pan no conserva la Presencia. Por tanto, eso no se refiere a la Presencia de Jesucristo en nosotros los comulgantes, sino a la duración de la Presencia en el Pan que hemos comulgado. La Presencia de Jesucristo en nosotros, una vez Él entra en nosotros, continúa, y ya no se va jamás; a menos que nosotros mismos nos apartemos de Él mediante el pecado mortal, como ya dije. Por esta misma razón, no se debe comer ningún alimento inmediatamente después de haber comulgado, hasta transcurrido el tiempo necesario para que se disuelva totalmente la Hostia, el cual aunque no está establecido de manera precisa se estima en unos 30 minutos.
Desde que termina la Misa para cuando llegas a tu hogar, ya pasó los 30 minutos, la Hostia ha sido disuelta en nuestro interior, pero Jesús permanece, es Dios mismo dentro de nosotros, ¿Crees que Dios depende de la existencia temporal de una Hostia?, no!, la Hostia tiene que disolverse pero no Él con ella, Jesús Dios permanece y lo único que puede arrojarlo y echarlo de nosotros es el pecado.
Ahora, si te pones en plan ese de ir al baño y expulsarlo y se pasa por el inodoro, escena que más parece de una pelicula de viernes 13, si fuera así como crees y alucínas el desenlace de una Hostia comulgada, no debería inquietarte no quitarte el sueño, porque si fuera como dices, por Amor, a Jesús tampoco le hubiera importado pues Él sólo quiere que lo comamos, nos alimentemos de Él por el bien y salvación de nuestra alma. Pero como ya se dijo, la Hostia se disuelve, desaparece, y Él permanece.