"Ay de los que dan leyes inicuas y de los escribas que escriben prescripciones tiránicas para apartar del tribunal a los pobres y conculcar el derecho de los desvalidos de mi pueblo, para despojar a las viudas y robar a los huérfanos" (Isaías 10,1-2)


Lo que no coincide con el Evangelio son los mandatos del Antiguo Testamento que ordenaban a las hombres hacer daño y matar a las personas.