Los judíos de Judá partieron al exilio, llamado Diáspora.
Un grupo fue llevado a Babilonia en un primer lote, en el estaba el joven rey Joaquin y un posible miembro de la dinastía del sacerdote Sadoc llamado Ezequiel, muy importante para el judaísmo y cristianismo posterior.
Otro grupo mas importante fue el exiliado en segundo lugar tras la destrucción del Templo.
Y un tercer grupo, que se llevo a Jeremías a regañadientes, partió de refugiados de guerra a Egipto. Este grupo de judíos formaría una gran grupo en tiempos posteriores, no solo en Egipto, sino en Cirene (Libia), Crecía y sus colonias mediterráneas, Roma y hasta llegar a Etiopía donde convirtieron a un importante grupo de etíopes a un judaísmo arcaico.
En Canaan quedaron los samaritanos con su viejo culto yahvista, no influidos por el culto judeo del Templo de Jerusalén, el Libro de la Ley, y el nuevo judaísmo.
También edomitas, amonitas, moabitas, arameos, nabateos, y filisteos que habían adoptado idioma y costumbres cananeas y rendían culto a dioses populares como Basal e Isthar, adorados en fenicia y en el caso de Isthar, en toda la media luna fértil.