Lo peor de todo es que hay millones, miles de millones de euros-dólares destinados a la chorrada más estúpida que se pueda uno encontrar, pero las instituciones públicas no mueven un dedo en políticas de protección al no-nacido, o a los bebés que nazcan en situaciones delicadas. Es la puta ideología. Los poderes públicos no se plantean ayudar a las madres en apuros: mejor extender el uso del aborto, y "
muerto el perro, se acabó la rabia"..., pues para esos poderes públicos, los fetos son perros y los embarazos son la rabia. Es el suicidio de una civilización...
Hay ONGs que se dedican a asesorar y ayudar a las madres que no quieren seguir con su embarazo, para que resistan las presiones de esta sociedad antinatalista..., pero no estaría mal que esta sociedad cobrara conciencia de qué es un feto y qué es un embarazo, que ni uno es un "pegote de células" ni lo otro es una enfermedad. La lucha es ideológica, y no debería ser así.