Cita Iniciado por MangoMartini Ver Mensaje
Son inevitables y necesarias, pero eso no significa que sean insufribles; al contrario, la mayoría de las veces son gratificantes. Bien o mal, la socialización es un proceso inherente al ser humano, y deshacerse de éste es imposible. Podemos llevarlo a su mínima expresión, la simple cortesía, el lacónico intercambio de palabras para hacernos de los bienes y servicios que demandamos, pero definitivamente es ineludible.



Nietzscheano, el comportamiento antisocial constituye faltas graves al sistema; delitos y ataques diversos en contra de la sociedad. La conducta asocial, en cambio, significa introversión, apatía social generalizada, sin llegar a la intransigencia. Una personalidad asocial puede ser el resultado de un criterio supuestamente previsor, como el que tú demuestras al evitar al mínimo posible las relaciones interpersonales en el trabajo, o, en el peor de los casos, producto de un trastorno psicológico, o incluso psiquiátrico. No confundamos lo uno con lo otro; en tu caso hablamos de una reducción premeditada de las relaciones interpersonales en la esfera laboral, no de la consecuencia de algún desorden específico. Supongo que en otras esferas puedes relacionarte ordenada y extensamente.

Es muy distinto no socializar por no poder o no saber cómo hacerlo, fruto de alguna disociación, a no hacerlo por motivos pragmáticos y hasta cierto punto razonables. De cualquier forma, ambos casos denotan cierto grado de patología. Más adelante explicaré por qué lo digo.



Tu noción de la etiqueta para el buen convivir, en mi opinión, ya es evidencia de socialización, pero no es suficiente. La incapacidad para realizar dicha partición debería estimularte a ejercitar tus habilidades sociales, no a limitarlas. La elusión social es un parche, Nietzscheano, no una solución definitiva.

Nietzscheano, el ser humano debe tender a expandir sus redes sociales, a fincar relaciones diversas capaces de retroalimentarlo. El proceso de socialización comienza a temprana edad en la esfera familiar, continua en la escuela, sigue en el trabajo y, según el caso, puede seguir expandiéndose. No es sano limitar nuestro círculo a la familia y a los amigos que nos quedan tras habernos graduado de la universidad. Discúlpame, no es mi intención insinuarte nada, no estamos tratando el tema de manera personal, pero me resulta malsano evitar a toda costa las relaciones afectivas en la esfera laboral. Después de la familia y la escuela, el trabajo es la esfera social más importante que un ser humano atraviesa. Un ejemplo... Estadísticamente, el círculo social escolar ocupa el primer puesto a la hora de encontrar pareja; aquél laboral ocupa el segundo. Buscar pareja por Internet es para los más asociales, para aquellos con menos habilidades sociales efectivas. Usar la comunicación escrita como alternativa al encare personal es disociativo, es un desprendimiento morboso del plano social. Ejemplos de lo que digo sobran, aquí mismo en este foro; no digo nicks.

Ahora, tampoco es una obligación conseguir amigos de todo lugar que pisamos. Eso sería imposible... Pero cuando menos denbemos prestarnos a intentarlo. Lo importante, en todo caso, es saber discernir entre la esfera laboral y la personal, para tomar las decisiones correctas; y eso sólo se aprende practicando.

Supongo, por lo que escribes, que eres una persona en edad adulta, que actualmente trabaja en un ambiente corporativo. Nietzscheano, si no te relacionas personalmente con tus compañeros de trabajo, ¿en dónde amplías o expandes tus redes sociales? Y es que la justificante de la objetividad y solemnidad que requiere el trabajo, suele ser extrapolada a todas las esferas:

A la escuela voy a estudiar, no a hacer amigos...
A la empresa voy a trabajar, no a hacer amigos...
Al gimnasio voy ejercitarme, no a hacer amigos...
...

Y a mí eso de hablarle a extraños en los bares para entablar amistad no me late...



Y es que no en todo círculo vamos a poder expresar abiertamente nuestras ideas, pero el sentido de pertenencia nos demanda asociarnos a aquellos grupos con ideales afines a los nuestros, en donde sí podamos expresarnos con toda libertad. Pero si de entrada somos nosotros mismos los que bloqueamos los puertos típicos de socialización, estamos perdidos.

Es un tema muy interesante, sobre todo porque son usuarios de un foro los que lo discuten. Evidentemente hay algo que aquí encontramos, que nos satisface, que no obtenemos del exterior.

Aunque aquí todos vamos a presumir de "normales"...
Siempre me ha parecido que en psicología tratan a la mente humana como un cuadro perfectamente simétrico en el cual debes encajar con un mínimo margen de error porque sino eres un caso de estudio, como si la mente humana tuviera límites, formas o como si simplemente la misma estuviera sujeta a un patrón inicial, o más sencillo, supeditada a un molde. Me parece que la categorización de las disociaciones, digamos, sociales es un camino rápido que encasilla todo lo que se sale del susodicho molde. Así por ejemplo, muchos comportamientos que pueden responder a x ó y circunstancias se pueden tergiversar como patologías. Ya sé que haces la salvedad de que no debe confundirse lo uno con lo otro y hasta lo ponés como una posibilidad última pero quería hacer mención a eso porque me parece que no haberlo hecho hubiera permitido que las conversaciones fluyera hacia las aguas de la psicología y olvidáramos que estamos hablando de comportamientos o decisiones premeditadas tal como queda manifiesto también en los aportes de Dorogoi y EsquizOfelia.

Por otro lado, no puedes trasladar esta idea al gimnasio por ejemplo, porque como ya dejé manifiesto, o eso pienso, diversas actividades persiguen diversos objetivos, y claramente ejercitarse no es lo mismo que ir todos los días a la fábrica.

Saludos.