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Evangelio de San Juan, capítulo 6º
30Ellos le dijeron: Pues tú, ¿qué señales haces para que veamos y creamos? ¿Qué haces? 31Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: <<Les dio a comer pan del cielo>>. 32Díjoles, pues, Jesús: En verdad, en verdad os digo: Moisés no os dio pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; 33porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo. 34Dijéronle, pues, ellos: Señor, danos siempre ese pan.
35Les contestó Jesús: Yo soy el pan de vida; el que viene a mí, no tendrá más ya hambre, y el que cree en mí, jamás tendrá sed. 36Pero yo os digo que vosotros me habéis visto, y no me creéis; 37todo lo que el Padre me da viene a mí, y al que viene a mí, yo no le echaré fuera, 38porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39Y ésta es la voluntad del que me envió: que yo no pierda nada de lo que me ha dado, sino que lo resucite en el último día. 40Porque ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en Él tenga la vida eterna, y yo le resucitaré en el último día. 41Murmuraban de Él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que bajó del cielo, 42y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? Pues ¿cómo dice ahora: Yo he bajado del cielo?
43Respondió Jesús y les dijo: No murmuréis entre vosotros. 44Nadie puede venir a mí si el Padre, que me ha enviado, no le trae, y yo le resucitaré en el último día. 45En los Profetas está escrito: <<Y serán todos enseñados de Dios>>. Todo el que oye a mi Padre y recibe su enseñanza, viene a mí; 46no que alguno haya visto al Padre, sino sólo el que está en Dios, ése ha visto al Padre. 47En verdad, en verdad os digo: El que cree, tiene la vida eterna.
48Yo soy el pan de vida; 49vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. 50Este es el pan que baja del cielo, para que el que lo coma no muera. 51Yo soy el pan vivo bajado del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre, y el pan que yo le daré es mi carne, vida del mundo.
52Disputaban entre sí los judíos diciendo: ¿Cómo puede éste darnos de comer de su carne? 53Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo que, si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. 54El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna, y yo le resucitaré el último día. 55Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56El que come mi carne y bebe mi sangre está en mí y yo en él. 57Así como me envió mi Padre vivo, y vivo yo por mi Padre, así también el que me come vivirá por mí. 58Este es el pan bajado del cielo, no como el pan que comieron los padres, y murieron; el que come este pan vivirá para siempre. 59Esto lo dijo enseñando en sinagoga en Cafarnaúm.
60Luego de haberlo oído, muchos de sus discípulos dijeron: ¡Duras son estas palabras! ¿Quién puede oírlas? 61Conociendo Jesús que murmuraban de esto sus discípulos, les dijo: ¿Esto os escandaliza? 62Pues ¿qué sería si vierais al Hijo del hombre subir allí a donde estaba antes? 63El espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha para nada. Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida; 64pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque sabía Jesús, desde el principio, quiénes eran los que no creían y quién era el que había de entregarle. 65Y decía: Por esto os dije que nadie puede venir a mí si no le es dado de mi Padre. 66Desde entonces muchos de sus discípulos se retiraron y ya no le seguían. 67Y dijo Jesús a los doce: ¿Queréis iros vosotros también? 68Respondióle Simón Pedro: Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna, 69y nosotros hemos creído y sabemos que tú eres el Santo de Dios.