Si el alma es la responsable de la evolución del espíritu, tenemos un alma infernal pues los espíritus en lugar de preservar la vida, la destruyen, hablando en términos generales.
Cuando Jesús se refiere a Juan como que era el Elías que había de venir, enseña de la reencarnación, otra cosa es que a Juan le pregunten que si es Elías y lo niegue porque aún no reconoce la reencarnación.