Iniciado por
Rusko
Siempre me ha parecido penosa esa política de manga ancha. Resulta que hay españoles de nacimiento que escupen a España, y luego aquí damos nacionalidad a personas como “el sirio”, relacionado con “el tunecino”, el de la masacre del 11-m, o el caso de ayer mismo, que un libio que había sido curado en España, se ha suicidado en un atentado en la guerra de Siria (para eso que no se hubiese curado. Los muertos que se haya llevado por delante no estarán muy contentos de esa curación…). Hay casos menos sangrantes (bueno, nada sangrantes) de inmigrantes que consiguen el pasaporte español como salvoconducto europeo…, pero no se sienten españoles sino de su país originario (sí, conozco algún caso). Pienso que un país es como una gran casa: sus inquilinos son los que lo habitan, y si viene alguien de fuera, qué menos que se sienta parte implicada de esa nación que le da la nacionalidad. Pero parece que esto último sobra, y se reparten pasaportes como si la nacionalidad española no tuviese importancia (no la debe tener viendo lo que estamos viendo)