San Juan 6,55 dice El Señor: Porque Mi Carne es verdadera comida y Mi Sangre es verdadera bebida. 56 El que come Mi Carne y bebe Mi Sangre está en Mí y Yo en él. . . . . 60 Luego de haberlo oído, muchos de sus discipulos dijeron: !Duras son estas palabras; Quién puede oírlas? 61 Conociendo Jesús que murmuraban de esto sus discipulos, les dijo: Esto os escandaliza?. . . . 67 y dijo Jesús a los doce: Queréis iros vosotros también?. . . . El Señor estimado(a) Petra, habló para la gente de todos los tiempos, de todas las generaciones futuras. Que suena a "carnivoro" mis palabras, pues gracias a Dios! Bendito Dios que me siembra en el alma el deseo de comerle y beber Su Sangre cada dia, . . y obedecerle.
Bueno, yo estoy en conflicto desde hace mucho tiempo. Es que, quiero creer que no dejamos de existir cuando morimos, es decir, aparte de vivir en la memoria, nuestra alma o conciencia (como pueda llegarse a llamar) seguiría en algún lado, creando nuevos momentos... pero si simplemente habría un vacío y realmente desapareceríamos, la verdad es que sería una verdadera pena.
Más allá de la religión, yo espero que cuando ya no estemos más en esta vida, estemos viviendo otra, mejor o peor, eso ya no podría elegirlo, pero que ahí estemos, deambulando, amando, creciendo.
Si no existiera vida después de la muerte, la venida del Señor Jesús hubiera sido en vano, . . tan perseguido para qué?, . . . tan odiado para qué?, . . . quiso ser abofeteado, . . . escupido en el rostro, . . . tomado por loco, . . . tantos azotes tanta flagelación, para qué?, . . . dejarse coronar con espinas . . . dejarse conducir al Calvario como si se tratase de un criminal, . . . ser burlado en la Cruz y soportar palabras soeses y huecas de fe, . . . y todo esto para qué?, para el perdón de nuestros pecados y merecernos la vida después de la muerte. . . . . . . A dónde iremos?, . . . que cada conciencia se examine, . . . pero el alma de los justos irá al Cielo a adorar y dar gloria a Este Mismo Señor por toda una eternidad, . . . y los réprobos triztemente a sufrir las penas eternas por aquél a quien sirvieron en este mundo.
Al infinito y más allá.