En mi caso, a pesar de ser la menor, no fui la consentida, y aún así, cuando le dije a mis padres que me casaría, mi madre se puso a llorar, y mi padre hasta se enojo!
Para mi, no fue difícil romper ese cordón umbilical, ya que, desde muy niña fui muy independiente en muchos aspectos, y aunque soy muy apegada a la familia, me siento cómoda estando aparte.... Para mi madre fue difícil porque, yo la acompañaba a todos lados (aún y cuando yo no estuviera de acuerdo, pues era la "chiquita") y creo que estaba demasiado acostumbrada a eso... Pasó el tiempo, y mi esposo y yo vivimos un año con mis padres (mientras adquiríamos nuestra casa) y cuando les di la noticia de que nos iríamos a vivir aparte, mi madre se soltó a llorar de nuevo, me rogaba que no nos fuéramos, que ellos estaban felices de tenernos con ellos, hable con ella un largo rato, y después de varios días, por fin la sentí tranquila y contenta por nuestra decisión.
Para quien ha sido más difícil es para mi hermano, que aunque ya pasa de los 40 y tantos, sigue viviendo con mis padres, creo que en ese caso, ese lazo es mucho más fuerte, ya que, siendo un niño y adolescente bastante enfermizo, la mayoría de los cuidados y mimos fueron para el, y ahí si, que nadie se meta con Hugo porque su madre se pone como loca!
No soy rara....soy edición limitada.