La señora a sus 92 años acude cada día a la misma tienda ha hacer su compra; el pan, algo de fruta y lo que se tercie.Esta mañana sin saber por qué ha ido media hora antes de que la tienda se abriera, el propietario le ha dicho que aun estaba cerrado y la esposa de éste con amabilidad le ha aconsejado que espere hasta la hora de abrir, puesto que estaban demasiado atareados, en ese momento el esposo ha pasado con la carretilla y sin pararse siquiera a mirar a la anciana le ha dicho con muy mala cara que allí en el medio no podía estar. Eso ha molestado mucho a la señora y les ha dicho a los dos que se iba a otro sitio. Ha salido de la tienda, ha cruzado la calle, ha colocado el carro de compra al lado de la pared y supongo que habrá esperado allí hasta la hora de abrir. A fin de cuentas siempre la han tratado bien y total... Un mal día lo tiene cualquiera.
Eso de "el cliente siempre tiene la razón" es una falacia.
Mi pena es sencilla y nada misteriosa y, como tu alegría, por cualquier cosa estalla.
Mi pena es sencilla y nada misteriosa y, como tu alegría, por cualquier cosa estalla.
El que se fue a la villa, perdio su silla... es una reflexion, que no?