Trabajé con gente de más de 70 años de edad y cuando alguno de ellos me decía "Yo soy viejo"
en tono melancólico, mi respuesta siempre fue la misma: "viejos los trapos".

Si pusiera en este contexto un chiste de viejitos, querida Mimi, estaría yendo contra mi opinión de
que la vejez es una etapa de la vida que, si tenemos la fortuna de alcanzarla, nos da la gran oportunidad
de ser más sabios.