DIMISIÓN | La presidenta madrileña dice adiós
¿Por qué se va?
Esperanza Aguirre, visiblemente emocionada tras anunciar su retirada de la política. | Alberto di Lolli
El adiós de Esperanza Aguirre pilló con el paso cambiado a políticos, periodistas, ciudadanos y hasta a los propios 'esperanzólogos'. Nadie esperaba esta decisión y todo el mundo se pregunta ahora por los motivos reales que la han empujado a abandonar la política. Hacemos un repaso por las posibles causas del desgaste de la 'lideresa':
1. Motivos personales. "Quiero vivir más cerca de los míos, de mi marido, de mis hijos, de mi madre, de mis siete hermanos, y dedicarme... pues no sé muy bien a qué. Soy funcionaria del Estado y pediré el reingreso en el Ministerio". Ésas fueron las palabras con las que la presidenta madrileña justificó su dimisión. La necesidad de pasar más tiempo con su familia y con sus nietos para una presidenta dedicada 24 horas a la política y que no dudaba en llamar a horas insospechadas a sus colaboradores para preguntarles por cualquier asunto concreto.
2. La enfermedad. Durante su intensa rueda de prensa de despedida, Aguirre no ocultó que el cáncer de pecho que sufrió en 2011 había pesado "sin duda" en su decisión. De hecho, en su comparecencia dijo que se encontraba "presuntamente" curada y que, en poco tiempo, tenía que volverse a hacer una revisión. Aguirre fue operada de cáncer de mama el 22 febrero del año pasado en el Hospital Clínico de Madrid. Tras la intervención, recibió varias sesiones de radioterapia y, tan sólo 13 días después, regresaba a la vida pública, un periodo de convalecencia muy corto para una enfermedad tan grave. "Me encuentro muy bien, gracias a Dios y estoy encantada de retomar la actividad", declaró entonces. Pese a los rumores desatados tras su despedida, no ha habido malas noticias sobre su salud ni la de su familia. Tan sólo el fallecimiento de dos amigas cercanas ha podido influir en su estado de ánimo.
3. La llegada de Rajoy al Gobierno. Paradójicamente, Esperanza Aguirre ha sido la gran perjudicada tras la victoria de Mariano Rajoy en las elecciones del 20 de noviembre de 2011. El presidente no contó con ninguno de los 'hombres' de Aguirre a la hora de formar gobierno e incluso nombró a su archienemigo Alberto Ruiz-Gallardón, ministro de Justicia. Con la llegada de Rajoy al poder, Aguirre ha perdido gran protagonismo, ya que no puede ejercer su labor de 'pepito grillo' ni de azote del Gobierno, como hizo con José Luis Rodríguez Zapatero, aunque discrepe de muchas de las decisiones de Rajoy.
4. Las peleas internas en el PP. Son muchos los que atribuyen el portazo de Aguirre al hartazgo con su propio partido. La presidenta ha tenido sonados enfrentamientos con Rajoy y Gallardón, como el protagonizado por la batalla de Cajamadrid. La presidenta quería que Ignacio González, vicepresidente de la Comunidad y su mano derecha, fuera el presidente de la entidad, mientras que Rajoy apostó por colocar a Rodrigo Rato al frente de ella. Tras meses de batalla, González tiró la toalla y dejó la vía libre a Rato.
Pero éste no ha sido el único motivo de discrepancia. La subida del IVA -contra la que Aguirre había protestado incluso recogiendo firmas durante el mandato de Zapatero-, las discrepancias por la reforma del Estado autonómico y la puesta en libertad del etarra Josu Uribetxeberria Bolinaga -excarcelación que la presidenta ha criticado públicamente- también han creado tensiones entre la presidenta y el Ejecutivo de Rajoy.
5. ¿Por qué ahora?. "Para un político es absolutamente esencial elegir el momento de su retirada y la forma de ésta. He llegado a la conclusión de que éste es el momento adecuado para dejarlo", afirmó ayer una Aguirre nerviosa y emocionada. Si en octubre de 2011 sí se desataron fuertes rumores que hablaban de que se iba y de que no iba a terminar la legislatura, ahora los chismes se habían acallado.
La presidenta ha esperado a tener bien atada su sucesión y Rajoy ha dado el visto bueno a que sea Ignacio González, su segundo de a bordo, que se convertirá en el nuevo presidente madrileño si nadie le disputa el liderazgo. Por este motivo, Aguirre aguardó al Congreso de Sevilla, celebrado en febrero de este año, donde se hizo fuerte María Dolores de Cospedal. La secretaria general del partido puede apoyar a González en su sucesión, ya que fue ella la que permitió su regreso al Comité Ejecutivo nacional, tras ser defenestrado en el de Valencia.
Sin embargo, el 'escudero' de Aguirre nunca ha tenido una buena relación con Rajoy ni tampoco tiene muchos amigos en la dirección nacional del partido. Por eso, la presidenta madrileña se ha retirado con el tiempo suficiente para que la figura de González se pueda asentar de cara a las próximas elecciones autonómicas. Tiene tres años por delante. Pero todavía está por ver si González es el próximo candidato del PP a los comicios autonómicos o la dirección nacional le prepara un rival. En ese caso, Lucía Figar, consejera de Educación de la Comunidad y que surgió del llamado 'clan Becerril' tiene todas las papeletas. La marcha de Aguirre deja, sin duda, un futuro incierto para el PP regional.