Le ASEGURO, mon pote, que no habría razón humana capaz de convencer a madame que usted es hereje. Y, ¡menos aún, of course!, que usted no ha mamado de la verdadera fe desde su mismísimo nacimiento.
Voy a serle franco del tó: finalmente, mon pote, aceptó que usted no frecuenta los templos católicos y que, por circunstancias de la vida.., vive entre herejes. No más. Ante la tesitura de tener que decirme que estimaba que usted, sobre el particular, me estaba mintiendo, ¡vamos..!, me miró face to face y me dijo que, a tenor de lo que leyó de usted, le resultaba del todo INCONCEBIBLE que alguien como usted me mintiera a mí o a nadie; pero, me recordó que, por ejemplo.., el quid de la Santísima Trinidad también es un MISTERIO que a ella, como a cualquiera de este valle de lágrimas, se le escapa.
Ahora, hemos terminado hace ná de tomar el té.., está ocupada en sus cosas con la charmante dama que la acompaña; mais, NO lo dude: no más aparezca de nuevo, mon pote, le transmitiré con muchísimo gusto sus respetuosos saludos.
Siempre, en cualquier caso, a su disposición, mi muy querido, estimadísimo amigo.
Jaume de Ponts i Mateu