Prohibido arrancar flores.
Puedes acariciarlas, despeinarlas,
dibujarlas en un cuaderno si lo desean,
pero sin arrancarlas del papel después.
Puedes inventarles pétalos, espinas,
vaporosos mamuts polinizadores, alrededores,
pero no golpes de viento
ni cortacésped que pongan en peligro su existencia.
Prohibido darle de comer a las flores, porque pueden ponerse grandes y cariñosas, adornar casas, puertas y querrán entrar,
llenando todo de colores, y eso, señores topos,
está terminantemente prohibido,
al igual que robar motas de polen con sus ojos
y así decantar los jardines.
Elena Morán