Pues, si yo soy la Papisa, como afirmas ser, te ordeno que abandones tu religión para que veas, como yo, que los cielos e infiernos, no existen
Así que, si soy la máxima representante de Él, aquí, en la Tierra, me obedecerás, ¿cierto?
Buen muchacho
PD. Luego te dejo sentar, por un momento, en mi trono... ¡por un momento! Abusadillo.