Confucio (551-479 a. C.), nació en China en el seno de una familia de origen noble, pero empobrecida. Durante su vida fue maestro de escuela y funcionario del gobierno local. Trato de atraer gente importante hacia su filosofía, pero no lo consiguió. Sin embargo tenía unos cuantos discípulos. No fue sino hasta después de su muerte que gano auge como pensador.

El confusionismo fue una respuesta, que se encuentra todavía conservada en SUS ENTREVISTAS, al desorden que prevalecía durante la época feudal de su país. El confusionismo no es una religión. Confucio siempre se negó a opinar sobre el mas allá. Su filosofía tiene que ver con la ética tanto en la persona privada como a nivel de gobierno. Sus bases son la busqueda de una harmonía social através de normas de conducta con orientación bastante conservadora y tradicionalista.

Confucio decía que la nobleza debería imponer su autoridad basada en la aplicación de buenos principios, y que eso más que un derecho hereditario eran la base para seguir gobernando. Confucio dejaba la puerta abierta para la rebeldía contra la nobleza si esta no observara las normas sociales.

El confusionismo ha sido una fuerza prevalente en China hasta el siglo XX. A pesar del esfuerzo de las autoridades comunistas para erradicar el confusionismo todavía no lo logran. La influencia de esta doctrina se propago a Japón, Corea y Vietnam.

Algunas frases de Confucio:

“Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos.

Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estás peor que antes.

Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber.

Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla.

Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos.

Donde hay educación no hay distinción de clases.

Una voz fuerte no puede competir con una voz clara, aunque ésta sea un simple murmullo.

Es posible conseguir algo luego de tres horas de pelea, pero es seguro que se podrá conseguir con apenas tres palabras impregnadas de afecto.

Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida.

Algún dinero evita preocupaciones; mucho, las atrae.

El mal no está en tener faltas, sino en no tratar de enmendarlas.”