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Tema: «en garde!»

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  1. #3
    Fecha de Ingreso
    03-enero-2012
    Ubicación
    Lleida (Segrià -Catalunya/UE-)
    Mensajes
    1.098

    Predeterminado «estoc et taille...»

    Sí..; quizá hay quien diría que hay que comprender y ¡aun hacer la vista gorda!

    Ras i curt: su abuela materna, a.c.s., era la elegantísima hija única de todo un Puigdellivol y la cosina materna de ma iaia, a.c.s.; su abuelo materno, a.c.s., era ni más ni menos que un Torrentsgenerós i Jaumandreu; su madrina de bautizo era una cultivadísima y viajadísima indiana hija única de un héroe de la independencia portorriqueña de apellido cien por cien catalán y una Mas de la Cerdanya del exilio; su padrino -ergo, un servidor- cuenta con un árbol genealógico donde rebosan, uno detrás de otro, los cognoms que han hecho Catalunya catalana... ¡Y, él..!

    NO: aquel día no fué la primera vez que me ví obligado a tener que leerle a mi queridísimo, amadísimo, añoradísimo ahijado la cartilla en este affaire.

    La primera NO tuve cojones de usar bisturí..; aunque, el tutor al caso del cole fué lo que me recomendó. Yo, compréndanme.., me MATARÍA antes de causarle el más mínimo dolor, el más ínfimo sufrimiento a Armand; y no me importaría, estoy CONVENCIDÍSIMO, la eterna condena reservada a los suicidas.

    Pero, ¡una carta del cole donde estaba interno me había informado que Armand contaba a sus compañeros que lo de su primer apellido era un error que, como las cosas de Palacio van despacio.., costaba un poco corregir; pero, que él era catalán cien por cien y yo, además, era su padre! El problema GRAVE -me pormenorizaban en la carta- era ¡que, sus compañeros le creían! y él, envalentonado, ¡intentaba, hasta públicamente, convencer a los profesores! Me recomendaban, ya les he dicho.., bisturí.

    Mais..; yo me recordé a mí mismo en el internado fabulando desesperado en torno a una madre que no me atrevía a decir no conocía y, ¡ay!, esperé, ¡no al fin de semana, no!, sino a las holidays.

    Sí, sí, sí..; esperé, ¿como se llama?, ¡ah, sí!, el momento adecuado... Medité una vez tras otra la forma, el tono, las palabras... ¡Virgen Santísima!; cuando, finalmente, le hablé de ello, ¡Dios!, cómo se lo diría que él me miraba ¡con pena! y yo acepté sin más la vaga promesa de "no ho faré més".

    Su profe de escrime NO me recomendaba esta vez ná de ná. Sólo me miró punto curioso cuando yo, ¡sin pensar en ná concreto!, le pregunté la razón por la cual llamaba a los otros por su apellido y a Armand por su nombre... Antes de que me contestara que los padres o tutores de los otros NO se lo habían pedido por escrito ¡ya me dí cuenta de CUÁN poco me había fijado yo en ese detalle durante TANTO tiempo!

    ¡Había falsificado mi firma!

    Tuve éxito en que NO se me notará lo que me importaba su mirada punto curiosa esgrimiendo la razón que yo pensaba que lo llamaba por su nombre en clase pero no, como ahora, en un torneo... Él, bueno.., NO dejó de mirar punto curioso..; aunque, me dijo que NO hacía excepciones en los torneos salvo que así se lo pidiesen los padres o tutores. Yo desvié la conversación inmediatamente hacia el celebérrimo tratado de escrime de un antepasado homónimo mío de la segunda mitad del XV y, ¡ah!, logré que se desvaneciera su miradica curiosona.

    La CIRUGÍA no admite espera. El peligro que representa la gangrena es DEMASIADO.

    Afilé, pues, el bisturí mientras Armand, ya sobradamente gagnant, resolvía el décimo touché de su último assaut y yo, obteniendo el placet, suplicaba al profe el privilegio de proclamar in person a satisfecha voz en grito el preceptivo "vainqueur, monsieur Armand!"...

    GRITÉ más de lo que he gritado jamás en mi vida..; pero, NO dije su nombre sino su primer apellido (gitano cien por cien; hasta ostentosamente gitano, s&#237. Y, lo hice una vez y otra; mirando fijamente a Armand. NO: en modo alguno me hizo flaquear notar en carne viva que le hería TANTO que ANSIABA odiarme y se DESPRECIABA a si mismo por no lograrlo.

    Cuando no tuvo más remedio que acercarse ya me conocía lo suficiente para saber que, una vez con el bisturí, ¡NO me iba a cortar por la sangre!

    Sí: face to face, delante de TODOS sus compañeros, frente a TODOS quienes le felicitaban, al lado de su profe, le repetí mis congratulations utilizando SIEMPRE, una y otra vez, el monsieur seguido de su primer apellido. Y sentí, ¡Cristo crucificado!, como se marcaban al rojo vivo en el rostro de quien por él permitiría me despellejaran eternamente todos los demonios del Infierno. Pero, no flaqueé y, en castellano, dije a su profe:

    -"Catalunya y los catalanes tienen, también, algún que otro defectillo... Uno, caballero, es nuestra debilidad al enaltecer lo nuestro por encima de lo que, quizá, hasta aún debemos. ¡Fíjese usted, caballero!; el metro del Cap i Casal, aunque lo habremos pagado, NO lo ha hecho el músculo catalán; y, está por demostrar que uno que paga hacer algo sería capaz de hacerlo si no encuentra a nadie que, pagando, se lo haga. Debo asumir, pues, que mi queridísimo, amadísimo ahijado tiene TODO el derecho del mundo a llevar con ORGULLO el apellido de quien gracias a él está en este valle de lágrimas para, por ejemplo, llenarse de triunfos. A partir de ahora mismo, caballero, NUNCA más le pediré que utilice su nombre para no tener que utilizar un apellido que, aunque no sea catalán, es el suyo: el de un TRIUNFADOR ante quien los catalanes nos allanamos sin matices ni fisuras..."

    Cuando llegamos a casa fué cuando, por fin, habló. Me preguntó si le iba a perdonar por falsificar mi firma. Le dije que ya tenía edad para ganarse se pasase página de lo que, fría y conscientemente, había hecho MAL.

    ¿Saben?; hace poco, damas y caballeros, recordábamos ¡aquel día! Armand y yo... Yo, ¡ya pueden imaginarse..!, pormenorizaba sobre mi angustia ante lo que me sentí ineludiblemente obligado a hacerle... Él, cuyo auténtico y verdadero AMOR es un bálsamo impagable para mí, ¡me COMPRENDÍA!

    Se ve que me vió TAN hecho polvo que, así para quitarle hierro a la cosa y tal y tal.., me hizo una confesión: NO dijo nada en el trayecto del pabellón donde se hacía el torneo a casa porque NO sabía aún si yo, además de que había falsificado la notica para el profe de escrime, sabía también que había falsificado notas mías, v.g., para que fuese a tal excursión o para quedarse a dormir con tal amiguito o para que le dejasen entrar en tal o cual sitio. Lo otro ¡ya NO le preocupaba!; porque ya sabía, ¡el muy cabroncete..!, que era algo tan super-delicadísimo para mí que, ¡habiéndome atrevido a usar el bisturí!, le concedería hasta aliviadísimo, ¡vamos!, un post-operatorio de toma pan y moja.

    Sí, ya les decía ab initio..; «estoc et taille...», bien sûr.

    Siempre, en cualquier caso, a su disposición, mes amis/es.

    Jaume de Ponts i Mateu
    Última edición por Jaume de Ponts i Mateu; 02-feb.-2012 a las 12:11

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