La propia religión que sigues te dicta exactamente que los mandamientos vienen de mano de Dios.
No sigo ninguna religión, sino que soy judía porque pertenezco al
pueblo judío. No voy a la sinagoga, no hablo con rabinos, no observo
el shabbat (=sábado). Algunas festividades las observo como fiestas.
Creo y estoy convencida que existe Dios.