Cuando falleció ma iaia, a.c.s., yo estaba convencido de ser ya muy adulto..; pero, lo cierto es que fué cuando, por fin, MADURÉ.

Al funeral (casi podría decirse que multitudinario) acudieron, prácticamente, todos los Casals; y, yo ya comprendí que, salvo que yo lo provocará insistentemente, JAMÁS los volvería a ver. Sí: supe lo que era madurar de verdad cuando me dí cuenta que los Christmas de los Casals habían llegado todos los Nadals SIEMPRE porque habían recibido los de ma iaia, a.c.s., y lo que les había llevado a contestarle era tan tres veces la nariz en el suelo ADMIRABLE como lo era lo que había llevado a ma iaia, a.c.s., a JAMÁS olvidarse de enviárselos.

Sentí cuánto había madurado de, digamos.., un día para otro cuando, ya ante el panteón familiar, en lo más recóndito e íntimo de mis adentros sinceramente agradecí al segundo marido de ma mare, a.c.s., que hubiese logrado convencerla de no presentarse ¡de amarillo y maquillada "com una pepa" amenazaba! sin, por supuesto, haber sido invitada ni ser en modo alguno esperada a los funerales. NUNCA le había pedido nada (y, nunca más le pedí nada); pero, aquella cara suya mientras yo me derrumbaba diciéndole que NO podía convencer a ma mare, a.c.s., se me desveló completamente mientras la carne sin vida que en este valle de lágrimas habitó ma iaia, a.c.s., ocupaba el lugar a ella destinado para esperar la resurrección de la carne. SIN duda: ya era, por lo menos, tan maduro como el hombre que yacía con quien me había parido y ya NO me resultaba difícil ni aun problemático querer de verdad y amar sin fisuras a dos mujeres a la vez sin sospechar que estaba majara perdido.

Mon iaio, a.c.s., hombre de campo y poco dado a darle vueltas a las cosas, nunca dudó, al parecer, que su único nieto había ya, por fin, madurado. NO habían pasado 24 horas de haber dado tierra a su esposa que me comentó que, ya que yo vivía básicamente en el Cap i Casal y que sabía tenía la intención mon pare, a.c.s., de trasladarse a vivir a un pequeño piso que había encima del taller, ya NO era presentable que Anna viviese en casa (le alquiló un piso y ella siguió llevándole la casa hasta que, cuatro añós más tarde, Anna murió; mon iaio, a.c.s. -que sobrevivió casi tres lustros a ma iaia, a.c.s.-, entonces, contrató una chica por horas y punto pelota). Y esperó -y obtuvo- una reacción madura a la comunicación que el home había dejado de existir; y, que ya era mayorcico para que le vinieran con que la vida seguía porque para él eso ya JAMÁS podría ser cierto. Ni por mí mi por nadie. Tampoco deseaba, ya que no iba a meterse en mi vida ni en la de nadie, que, por ejemplo, yo le viniera con que si tenía que salir más o con que si ya tenía edad de dejar de ir al huerto o con que si mejor venía para que no se encontrara solo. Él, faltándole ella, SIEMPRE estaría solo; y verme a mí era pensar MÁS en ella y, por tanto, sufrir encontrándola a faltar. Que no olvidara, pues, que existían los teléfonos y que no todos los días era Nadal.

Mi flamante madurez me dió para más que para captar, ¡finalmente!, CUÁN imprescindible, insusbtituible y fundamental era ma iaia, a.c.s., para mon iaio, a.c.s.; me dió, por ejemplo, para, de una vez por todas, enfrentarme a ma mare, a.c.s., y a mon pare, a.c.s., que, respecto de lo que se suponía se esperaba de mí, COINCIDÍAN exactamente en lo ÚNICO que coincidían dos personas TAN, más que opuestas, en las puricas antípodas: todo lo suyo era, claro está, para mí; por tanto, ¿qué mejor que ocuparme de ello cuanto antes full time?; la carrera estaba bien..; ¡pero, yo ya tenía trabajo si lo quería!

Con mon pare, a.c.s., fué fácil. Lo hablé primero con mon iaio, a.c.s., y él me dijo que le dejara a él hablar primero con mon pare, a.c.s., al respecto... Al poco tiempo, damas y caballeros, mon iaio, a.c.s., me dijo que, si no lo deseaba, ya no tenía que hablar con mon pare, a.c.s. CIERTO: nunca más mon pare, a.c.s., me pidió que, v.g., le llevase la contabilidad; y cuando, años después (un año antes de jubilarse), liquidó el taller y demás me enteré porque me lo dijo un amigo suyo (cuando se lo dije, mes amis/es, sólo me miró con sincera sorpresa y me preguntó si había pensado que nunca iba a jubilarse).

Con ma mare, a.c.s., NO fué tal fácil... ¡Para nada! Pero, ¡es que a ma mare, a.c.s., yo le era muy, muy, muy útil!; y, ¡se volvió TAN arduo verla y estar con ella como no fuera en alguno de sus negocios! Es una histoire muy larga y liada..; quizá otro tarde les cuento, sí...

Mais, sea como sea, ya tenía la madurez suficiente para que ella y cualquiera se diese cuenta que, si acaso, donde iba yo era a ver y estar con ma mare, a.c.s., y NO a tal o cual negocio porque yo tenía OTRAS ocupaciones que NO eran ni pensaban ser tales negocios, fueran los que fueran. Ma mare, a.c.s., ¡por una vez!, TRAGÓ (ya jubilada, por eso, siempre que estaba yo cuando hablaba con amigas sacaba el thema de que tuvo que liquidar lo que le quedaba cuando se jubiló porque yo NO quería nada; y que, si hubiese tenido la ilusión de luchar para dejar algo a alguien, quizá hubiese tenido más negocios y ).

Y, si me tenía que ir a París, oigan.., me iba.

Bueno..; París, París...

En París (es decir, en la commune) vivían, claro está, los jefes de los jefes.

Pero, mi compañero y yo -satisfechos y hasta orgullosos pero, ¡evidentemente!, muy parcamente retribuidos becarios de la Section des sciences historiques et philologiques de la École Pratique des Hautes Études- sólo teníamos para, ¡olvidándonos de la petite couronne y aun de la grande couronne, por supuesto!, encontrar techo en un incalificable pisito ya hecho polvo en una anónima torre de los '60 de un banlieue de tantos: los Bosquets de Clichy-sous-Bois; ¡y gracias, bien sûr! Tardábamos, si todo iba bien, más de hora y media en llegar, en transporte público, a nuestro lugar de trabajo (en el que, mientras estábamos allí, procurábamos hacer TODO lo posible para que nos tuvieran por défensois ¡y, no por montfermeillois!).

¡NO teníamos ni un francés, ni uno, de vecino! Sólo un dato más: eran TAN poco franceses, damas y caballeros, que nosotros, al principio ¡e, incluso hablando con nosotros!, se lo parecíamos.

Fuí yo quien me hice, digamos.., amigo de él. Le ví fumando mails, vivía en el rellano de abajo, tenía mi edad y hasta sabía que curraba en un super... Un día, pues, le entré..; y, respondió muy bien. Pronto se convirtió en nuestro amigable proveedor y empezamos a salir y por ahí con él.

La vida allá era y sigue siendo, ¡por favor!, CARÍSIMA. Pronto, por tanto, nos extrañó que el chaval tuviese MÁS dinero del que se suponía un emigrata turco de obrero de un super de mierda que fuma costo y NO trafica con él podía manejar... NO hizo falta preguntarle; él lo dijo un día fardando de ello a tope: hacía pelis porno y, como la tenía de escándalo, le pagaban muy bien. Sus padres no sabían nada, claro. Y, lo dejaría cuando se echase novia porque no le gustaría tener que explicarse con quien tuviera que ser su suegro.

¡Nos quedamos..! Comprendan.., ¡nosotros veníamos de acá..!

Un día -SÍ: insistí- me llevó al lugar (un piso, no crean..; grande, sí; pero, un piso) donde rodaban. Me había hecho tela de bromas diciéndome a ver si quería hacerle la competencia y cosas así..; yo, ¡hasta poniéndome altivo y todo a veces!, le aseguraba que era sólo curiosidad...

El tipo que, se veía claro.., manejaba ya me miró de arriba a abajo sin complejos ni remilgos cuando mi ami turco me presentó; y, en lugar de considerarlo motivo de viril recriminación, estimé -quizá por algo más del hecho de hallarme donde me hallaba- un cumplido que me mirase con tanto desparpajo la entrepierna.

Pero, cuando me contestó a la pregunta de qué tendría que hacer alguien -no yo, claro está- que quisiese entrar en la cosa del porno como actor, bueno.., en lugar de decirme nada de lo que yo hubiese podido imaginar, simplemente evadió responder mirándome de forma, lo confieso.., hasta irritante a los ojos y preguntándome si sabía que en eso había que correrse un par de veces o tres seguidas.

Cuando, ya fumando mails en el pisito del balieue que les he mencionado, le comenté lo que me había dicho el man, bueno.., el joven emigrata turco que fué, seguro, nuestro mejor amigo allá miró a mi compañero sonriendo antes de decirme que él era así, que igual iba bebido ya y que, en definitiva, no le hiciera caso de lo que pudiera decir...

Pero mi compañero, cuando me paso el mail, no consiguió callarse y, procurando no reirse (NO lo logró), me dijo:

-"Perquè..; tu no vols fer porno, oi?"

NO: no se precisa saber catalán para saber qué me dijo. ¡Fíjense que hasta un emigrata turco que se movía en un banlieue donde NADIE era francés y pensaban que Catalunya debía ser un grupito musical o algo así se enteró!

Del todo, sí.

Siempre, en cualquier caso, a su disposición, damas y caballeros.

Jaume de Ponts i Mateu