De los más MÁS y los quizá menos...

[Jaume de Ponts i Mateu]

su acotación...

NO es una acotación: el párrafo final ubica para quien NO pille con facilidad (la caridad a que estamos obligados/as los/as católicos/as, ya sabe...) el substratum (la exigible interiorización de TODOS los inputs de la privacy como CONSUBSTANCIAL de cualquier intercambio entre seres civilizados comme il faut) sobre el cual es IMPRESCINDIBLE ha de abordarse el thema.

lo que lee en estos momentos...

Digna de reconocimiento su atenta perspicacia, bien sûr... SÍ: leo todo lo que se va escribiendo es esta web y procuro ir leyendo petit à petit todo lo que ya está escrito; y, es cierto: colgar este thema (es decir, la DIFERENCIA -racial o de clase- entre quienes respiran el mismo aire) se ha debido a ciertos entiendo que ya ¡impresentables rocamboles! de algún que otro ridículo panfletario de tres al cuarto fanático hasta la CARCAJADA de lo políticamente correcto y a ciertos diría yo que ya ¡ensoberbecidos miriñaques! de determinados/as xenófobos/as que pretenden, obsesionados/as hasta lo risible, usar hasta el cómico abuso como coartada de su mierda ¡hasta las imperfecciones congénitas de este valle de lágrimas! Por eso, my dear, recordaba en mi post scriptum es tan indiscutido como indiscutible que encarar un thema así de forma que pueda tener, al menos, mínimo recibo SÓLO está al alcance de personas SIN duda alguna adultas (es decir, que sepan reconocer la diferencia entre la realidad de las cosas y las utopías -personales o colectivas-) y equilibradas (o sea, que no confundan o quieran confundir los SIEMPRE repugnantes prejuicios con las necesarias prevenciones).

Siempre, en cualquier caso, a su disposición.

Jaume de Ponts i Mateu

post scriptum.- ¡NO vaya a llevarse la impresión, por eso, que SÓLO leo lo de esta web!; en realidad, darling, "leer" es un verbo que en castellano abarca DEMASIADAS acciones; y, por ello, se presta a una extrema confusión; un filólogo erudito que me honra con su amistad me dijo una vez que los lapones tienen, exactamente, 126 palabras distintas para lo que en castellano se dice no más "nieve"; y yo, por mi formación, sé que los classiques JAMÁS hubiesen usado el verbo que utilizaban cuando leían a sus maestros cuando leían una proclamación imperial o cuando leían la carta de un amigo.