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Depende directamente de la cultura y formación de los padres, hay algunos que trasmiten su soberbia y necedad a sus hijos, padre violento hijo abusivo, hasta les premian, escuchaba que le un Papa le decía a su hijo de que lloren en su casa a que lloren en la mia....Iniciado por Juan E
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Por eso digo: mala conducta por primera vez: llamado de atención, segunda vez: llamado de atención, tercera, cuarta y quinta vez: suspensiones, y si persiste con la mala conducta, expulsión del colegio.
Soy drástico? quizás, pero para los padres del abusador sería un llamado de atención.
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Es que el miedo que genera el agresor provoca que la victima dificilmente se queje, este tipo de personas cobardes agreden en lo oscuro y piensan que sus actos no seran castigados, nada les salvara de una buena LECCION.
No es dràstico...
«The brain is the seat of madness and delirium.»
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Una tía mia ya fallecida fue maestra toda la vida, y ella sabía interpretar a los niños, sabía cuando un alumno tenía un problema, estaba alegre, triste o algo pasaba.
En la actitud del abusador, el abusado y la clase en general un buen maestro sabe lo que está pasando, sabe quien es víctima y quien victimario.
Sucede que a veces el maestro no tiene el apoyo necesario de sus superiores y evita entonces meterse en problemas al sancionar a quien debiera ser sancionado.
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Sucede tambien que no hay muchos maestros como tu tia, hay docentes que solo van a cobrar y no se preocupan de nada mas, el apoyo tampoco existe es un cadena de errores.
«The brain is the seat of madness and delirium.»
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Asi es, y la sociedad está pagando caro esto, y aún más caro lo pagará en el futuro.
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El abusado se convierte en abusador, debido al trauma... mucho que agregar amigo.
AbraXos
«The brain is the seat of madness and delirium.»
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Y la rueda sigue girando...
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Si, asi es, aunque la mejor justicia es la que ejerces por ti mismo.
Gracias totales
«The brain is the seat of madness and delirium.»
Banned
Cuando niña, y en cuarto de primaria, un niño, llamado Marco, gordo, enorme y feo, me molestaba a tal punto de empujarme y tirarme al suelo o por las escaleras, además de jalarme mis coletas. Escondía mis cuadernos y rayaba mi mochila. También me robó mis coloritos el muy jodido. Me decía 'Fea y tilica'. Eso pasaba casi todos los días.
Un día jugando en un sube y baja, que se me atoran los calzones en el asiento y me los rasgó horrible, y ahí estaba esa bola de cebo riéndose como vil marrano junto con sus amigotes y me señalaban. A partir de ahí, dejé de usar calzones para que no volviera a pasar lo mismo y no me volví a subir a ningún sube y baja.
Un día me llegó a decir que si le decía algo a la profesora o a mis papás, que me iba a ir peor, y me dio mucho miedo.
Pasó el tiempo y este chamaco cagón me colmó la paciencia, así que un día lo agarré del brazo y le dije: 'Si te gano en un unas vencidas, ¿me dejarás de molestar?', y que se empieza reír como estúpido, y le repetí la pregunta. Aceptó, muy confiado de sí, y jalamos dos sillas y se juntó la bola de sus amigos junto con otros niños que ni conocía.
Tenía tanto coraje que, a la primera, le gané con mucha facilidad, y así hasta la tercera vez.
El chamaco se quedó todo sacado de onda y mudo, y yo también... no me la creía. No sé de dónde saqué tantas fuerzas. Sus amigos se empezaron a burlar de él y no olvidaré aquel momento de gloria: 'Uhhhhhhh, una vieja te ganó... te ganó'. El gordo se largó y jamás me volvió a molestar, solamente se me quedaba viendo feo y ya.
Ya quisiera ver si se atreve a decir y hacerme lo mismo en estos momentos el muy cabroncete.
Ahora, este problema ha ido en aumento y es algo lamentable. Los papás deben de estar atentos al comportamiento de sus hijos y también los maestros. Todo tiene su raíz en la educación desde el seno familiar.
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