Bajo la lluvia de la regadera, en esa esquina que he adoptado, acomodo mi
cuerpo por momentos, el agua se confunde con las gotas que salen de mis ojos,
quisiera quedarme ahí una semana, lástima que no pueda, me levanto otras mil
veces, presento batalla al día, sobrevivo a mí misma, no me da orgullo más bien
tristeza.