Los fumadores son asesinos biológicos; no sólo se suicidan a sí mismos, sino que además intoxican y violan los derechos de sus semejantes a respirar un aire limpio.
Es preciso sancionar la falta de respeto que exhiben los fumadores en lugares cerrados como autobuses, aviones, restaurantes, salas de cine, discotecas, etc., porque están contribuyendo con la contaminación ambiental.
Están contaminando nuestro aire sin respeto ni consideración, en la misma magnitud como lo hace una chimenea de cualquier fábrica industrial. Mientras a ellos se les pudren los pulmones, los dueños de esas empresas que elaboran los cigarrillos y tabacos están haciendo una fortuna, riéndose a carcajadas, disfrutando de la vida, todo ello a expensas de ese montón de viciosos que les compra sus productos.
Está claro que cada quien hace con su propia vida lo que le plazca, siempre y cuando ese libre proceder suyo no estorbe la improfanable salud, la paz, y el derecho de las otras personas a su alrededor.
Lo que más pena da, es que una gran parte de ese grupo de fumadores son jóvenes que sueñan dizque con tener un mundo mejor!!