¡Jijos! Es preocupante pensar que tengamos en la cámara de senadores a personas que piensen de este modo.

Mientra yo seguiré con mi maldad y mis labores pecaminosas, que son varias. ¡Oh, el disfrute de lo sensual! Ayudemos a los ángeles a arrancarse las vestiduras, para que se entreguen al frenesí de lo oscuro, del pecado y así liberen sus almas del hastío.