Hola,
Kashia en ningún momento pensé que tu podrìas ayudarme y, además, jamàs te lo pedí; es arrogancia de tu parte decir eso. Kashia y Amanda creo que Uds han abierto los libros de la primaria. Miren que las cosas no son asì.

Yo no puedo matar a uno inferior a mi; esto es obvio porque él tiene los mismos derechos y nos recuerdan que todos somos iguales ante la ley: pero esto no significa que seamos “iguales”. Que tengamos iguales derechos o seamos iguales ante la ley no significa ni remotamente que seamos iguales; ni pensarlo. Un asesino, un usurero, un humilde, un modesto, no puede ser nunca igual que yo; son inferiores.

Existen superioridades físicas de individuo a individuo, asì como existen superioridades intelectuales, en capacidades, en salud, etc.

La grandeza de la raza humana es tal gracias a las diferencias y no a las igualdades. Si no existieran las diferencias no existirían los caciques, los nobel, los Einstein, los Leonardo. No podemos ser ilusos que porque seamos iguales ante la ley, somos todos iguales. Obvio que un inferior pretende ser considerado igual a un superior pero por sus sueños de grandezas y su inutilidad.

En la URSS se pensó que todos debíamos ser iguales y se confundió la igualdad de derecho con la igualdad económica y la igualdad de mérito. Absurdo. Por eso cayò en desgracia: por considerar que todos somos iguales.

Los humanos demuestran, dìa a dìa, ser superiores a otros y a sì mismo, en una comparación continua por ser mejores. Pensar que un inferior es igual a un superior no ayuda a mejorar.

Volviendo al tema de la “tolerancia” veo que hay opiniones muy interesantes. En realidad muchos coinciden en que puedo ser tolerante si soy respetado y si mis derechos quedan intactos; sino, los actos de violencia son asegurados. Las mujeres son màs inclines a la no-violencia pero los hombres nunca descartan la posibilidad.

Y como había preguntado en la apertura del tema, ¿donde està la línea?

Gracias por participar.