Pájaro, sombra sola, flor de callados cisnes, boca que cuando besa pone a dormir un lago, barrio por el que pasas, parque de niños ciegos, tiempo del que tu cuerpo llega como una historia. He de escribir despacio, sintiéndome muy solo, el rumor de tu pelo, violín de qué salones, he de evocar con agua, lento como un difunto, todo lo que tus ojos fundan cada mañana, he de decir lo tarde que suena tu tos dulce en las habitaciones duras de mi pasado. Pájaro, sombra lenta, ave de los fracasos, cuerpo, sombra desnuda, voz de arrepentimiento, he de besar con fuego, roto ya y sin zapatos, todo el presente triste y pálido que nos mata.


Francisco Umbral, Crímenes y baladas (1981)