Fray Luis de León, era catedrático de Teología en la Universidad de Salamanca.
La Inquisición lo condenó a 5 años de prisión (y no fue ejecutado gracias al clamor de sus alumnos) por haber traducido al español, el Cantar de los cantares.
Su terrible pecado, fue el haber traducido un libro santo, a una lengua vulgar.

Tras pagar su condena, se presentó a la Universidad y encontró su aula repleta de estudiantes, deseosos de escucharle sus comentarios sobre tan injusto castigo.

Fray Luis de León, restándole importancia e ignorando el prepotente proceder, comenzó su cátedra con la siguiente frase: “Como decíamos ayer...”



Salvando el abismo, pensé comenzar de la misma manera nuestro contacto casi diario. Pero sería injusta, si no agradeciera a las personas (nada más y nada menos que la flor y nata de este lugar) que opinaron y actuaron valientemente defendiendo la libertad de crítica (y por banda a mí), como condición sine qua non de un Foro.

Desilusionada por estar en un lugar acéfalo, donde los moderadores aplican a piacere sus puniciones, y nuevamente una figura siniestra que creía extinta, retorna y se impone (aún dejando en ridículo sus colegas), pocas ganas me quedan de participar.

Si esperaban un discurso elaborado y sesudo, están verdes. Es posible que alguno no lo entienda, y me meta más 20 días de baneo.

Un abrazo a los amigotes y en cualquier momento nos estamos leyendo.

Buen final de semana.

.