Lo que importa al adoptar a un niño es su salud física y mental, más que sólo la satisfacción de los padres; y aún la salud de un niño es más importante y prioritaria que la satisfacción de los padres. Aunque un matrimonio homosexual quiera adoptar a un niño o niña con todas las buenas intenciones del mundo, el daño está hecho desde el momento de la convivencia familiar, que de hecho es antinatural, y digo antinatural basándome en lo que la naturaleza ha sido durante toda la historia: reprodución entre hembra y macho. Cuando el niño no tiene en su haber un ejemplo de su sexualidad, entonces no se identificará sexualmente dentro de lo natural (hombre o mujer), creyendo que la homosexualidad es normal, deformando su actuar en el diario vivir y siendo influenciado por temores y dudas del por qué a algunas preguntas que sólo él conoce, y que sus padres homosexuales no podrán satisfacer. Esto es sólo un ápice del por qué le hace daño psicológicamente al niño el hallarse dentro de matrimonio homosexual.