Cuentan los evangelios que Jesús:

-Liberó a muchos poseídos por el Diablo.
-Sanó a muchos enfermos.
-Realizó muchos milagros.
-Dio de comer a 5.000 personas con unos pocos panes.
-Dio de comer a 4.000 personas con unos pocos panes.
-Fue seguido por muchedumbres.

Resulta evidente que sus discípulos fueron testigos presenciales de todas estas maravillas.

¿O no hubo tales maravillas?

«…Y abandonándole huyeron todos».

Solamente el haber presenciado un solo hecho de los enunciados anteriormente, hubiera sido motivo suficiente para morir defendiendo a Jesús (según cuentan, los mártires, sin haber visto siquiera a Jesús, iban gozosos al martirio).

La forma de proceder de sus discípulos: «…abandonándole huyeron todos», es una prueba evidente de que la historia que nos cuentan los evangelios del judío Jesús dista mucho de ser verdadera.