Cita Iniciado por tomas0402 Ver Mensaje
Cuando uno lee los horrores de la Inquisición, se pregunta si aquellos sacerdotes, monjes, frailes y demás gente de Dios, no sentían escrúpulos ante las piras alimentadas con cuerpos humanos.
Luego, lee uno el AT y comprueba que Jehová, no solamente aprueba estas conductas, si no que ordena que se lleven a cabo:

“Si tu propio hermano, o tu hijo, o tu hija, o la mujer de tu corazón, o tu amigo del alma te insinúa a escondidas dar culto a otros dioses, que ni tú ni tus antepasados conocisteis, 8 como son los dioses de los pueblos que, cercanos o lejanos, os rodean de uno al otro extremo de la tierra, 9 no cedas a sus deseos ni le hagas caso. No te apiades ni tengas compasión de él; no lo encubras. 10 ¡Mátalo! Tú mismo iniciarás el castigo contra él, y después de ti hará lo mismo el resto del pueblo. 11 Lo apedrearás hasta que muera, porque trató de apartarte del Señor tu Dios, que te liberó de la esclavitud de Egipto”.
(Deuteronomio 13:7-11 La Palabra (España))

“entonces pasarás a espada a todos los habitantes de esa ciudad, y la consagrarás al exterminio con todo lo que haya en ella, incluido su ganado, que también pasarás a espada. 17 Y en honor del Señor tu Dios amontonarás todo el botín en medio de la plaza e incendiarás la ciudad con todo el botín. Esa ciudad quedará convertida para siempre en un montón de ruinas, y nunca más será reconstruida.
18 No te quedes con nada de lo destinado al exterminio, para que así el Señor aplaque el ardor de su ira, se apiade de ti y, compadecido, te haga prosperar, tal como prometió a tus antepasados. 19 Así será, siempre y cuando obedezcas al Señor tu Dios, cumpliendo todos los mandamientos que hoy te prescribo y practicando lo que agrada al Señor tu Dios”.
(Deuteronomio 13:16-19 La Palabra (España))

Es cierto que su Hijo vino a perfeccionar algunos mandatos de su Padre, y no cabe duda que fue éste uno de los perfeccionados:

“El que no permanece unido a mí, es arrojado fuera, como se hace con el sarmiento improductivo que se seca; luego, estos sarmientos se amontonan y son arrojados al fuego para que ardan”.
(Juan 15:6 La Palabra (España))

Todos los implicados en esta encomiable misión (Papas, cardenales, obispos, sacerdotes, monjes, verdugos) tenían sobradamente las espaldas cubiertas por instancias divinas.

Hubo unos flecos en el mandato de Jehová, que a la Iglesias Católica le pareció un dispendio: ¿Por qué va a ser pasto de las llamas lo que podemos agregar a nuestros bienes?
Y suprimió lo de la ofrenda a Jehová, y los bienes del achicharrado los repartía con los delatores y con el brazo secular.

Dicen que los duelos, con pan son menos. Como que no quiere la cosa, la Iglesia (sin que fuera esa su intención, ¡Dios nos libre!) aumentó considerablemente sus propiedades, en defensa de la honra de Dios.

Es que no hay duda que Dios sabe recompensar a sus vasallos.

Como vemos en los versículos 17 y 18, Jehová ordena que los bienes del hereje sean quemados en su totalidad, no permitiendo que alguien se quede con algo. La Inquisición no cumplió este mandato de Jehová. Vio que resultaba más provechoso quedarse con los bienes del ajusticiado.

Resulta evidente que hizo caso omiso a un mandato explícito de Jehová.

El que ajusticiaba, lo hacía de espaldas a la Biblia.