Transfórmense rehaciendo su mente (Rom. 12:2).

Cuando conocemos la verdad de la Biblia, comprendemos lo importante que es obedecer los requisitos básicos de Dios. Pero, al ir madurando en sentido espiritual, aprendemos más sobre su modo de pensar: lo que le gusta y lo que no, y cómo ve ciertos asuntos. Esto influye en nuestras acciones y decisiones. Aunque disfrutamos de aprender a pensar como Jehová, no siempre resulta fácil, pues somos imperfectos. Por ejemplo, es posible que nos cueste trabajo entender cómo ve Dios cosas como la limpieza moral, el materialismo, la predicación y el mal uso de la sangre. ¿Qué nos ayudará a seguir haciendo nuestros los pensamientos de Dios? Rehacer nuestra mente al estudiar la Biblia con el fin de captar los pensamientos de Dios, meditar en ellos y adaptar nuestro modo de pensar al suyo.