Jesús no es el fin de la verdadera Ley de Dios, sino que nos enseñó la verdadera Ley de Dios y sus misericordiosos mandamientos. Y Jesús mandó guardarlos, por tanto, siguen vigentes y son obligatorios para los cristianos.
Las leyes que no son obligatorias para los cristianos son los mandatos del Antiguo Testamento que Jesús anuló, mandatos que ordenaban a los hombres esclavitud, sacrificios, ojo por ojo, penas de muerte, guerras y masacres te pueblos enteros..
Todos esos mandatos del Antiguo Testamento que faltaban a la misericordia fueron abolidos por Jesús porque solo eran preceptos de hombres, no de Dios, pues Jesús no vino a abolir la verdadera Ley de Dios.