Ese es el problema: tienes, como todos los testigos de Jehová, la razón cercenada, y el cerebro cuidadosamente lavado.
En realidad, cometí un error al decir que llenas las páginas de opiniones tuyas, ya que careces de ellas: solamente repites lo que te permiten repetir tus gobernantes, esos que viven de tus dádivas.