¡delató al bosón! coleccionista de prendas sin ojales botonudos, de encaje semitransparente, fosforito y rasgado del piernil, coquetamente caminaba hacia el lado opuesto de la acera que brillaba y resbalaba como chorizo enfuentado chillando en sartén recién comprada en el mercadillo dominguero 'El Conde Coco'