"Mejor razonemos sobre lo que nos dice el Evangelio, pues el Evangelio así nos dice:
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. (Mateo 28,19-20)"

Razonémoslo: Jesucristo no enseñó:
a) Una trinidad;
b) Supuesta igualdad entre los componentes de dicha tríada;
c) Un reino dentro del corazón humano, porque si así fuese, ¿cómo estará Jesús con sus discípulos hasta "el fin del mundo" cuando éste estuvo todavía dominado por Satanás el Diablo desde antes del siglo I hasta ahora (Mateo 4:8-9; Apocalipsis 12:7-12, 17)?

El Reino que predicó Jesucristo es un Gobierno Real: tanto el planteamiento formulado por sus discípulos como la respuesta de Su Gran Maestro en Hechos 1:6-7 lo corrobora. Y, además, lo expuesto en estos versículos, ocurrió mucho tiempo después de lo que Jesús le expuso a los escribas y fariseos en Lucas 17:20-21, lo que reafirma su veracidad.