Ruthheford y Knorr ya habian regresado a EEUU antes de la convención, y el traductor del documento, Balzereit, huyó a Suiza.
las ratas siempre son las primeras en abandonar el barco.
organizaron el sacrificio de los infelices TJ alemanes y escaparon.
para comprender lo absurdo que es ser un TJ sólo es necesario plantearse que un padre TJ puede donar uno de sus riñones a su hijo TJ pero no puede donar medio litro de su sangre.