Cita Iniciado por MagAnna Ver Mensaje
Es un suicidio para todo aquel que es consciente de sus actos y toma esa decisión.
Es un acto criminal para todo aquel que está inconsciente y cuya decisión recae en terceros.
Y lo peor, es un acto criminal abominable y sin perdón de Dios, para todo aquel que condena con su decisión, a un menor de edad.

Y constatarlo no significa ser alguien "desbocado" o "tener un odio visceral", como se puede leer anteriormente. Constatarlo es ser cristiano de espíritu y de corazón, y de principio a fin.
Porque Dios no necesita que expongáis esta diferencia tan atroz entre otros religiosos, descolocando contextos para interpretaciones distintas y para poder exponeros de forma muy diferente, y así sentiros elegidos entre muchos, y ser mejores que los demás.
Porque todos somos hijos de Dios. Y además, todos somos pecadores. Y todos cometemos errores, ya que nadie nos salvamos de cometerlos.

Y volviendo al tema para no cometer O.T., el Vaticano rebusca todos los culpables y la ONU rebusca todas las soluciones posibles.
Bien. Y ahora vosotros, los Testigos de Jehová, qué más véis? Alguna mejoría? Lo contrario? Viga? Paja? Hilo abierto? Cerrado? En fin...

Que Dios nos guarde a todos en la palma de su mano, nos bendiga y nos guíe siempre.

-----


Salmo 23 de David (según yo creo) - Biblia King James Version (KJV)

The Lord is my shepherd; I shall not want.
He maketh me to lie down in green pastures: he leadeth me beside the still waters.
He restoreth my soul: he leadeth me in the paths of righteousness for his name's sake.
Yea, though I walk through the valley of the shadow of death, I will fear no evil: for thou art with me; thy rod and thy staff they comfort me.
Thou preparest a table before me in the presence of mine enemies: thou anointest my head with oil; my cup runneth over.
Surely goodness and mercy shall follow me all the days of my life: and I will dwell in the house of the Lord for ever.


(El Señor es mi pastor; Nada me faltará.
Me hace recostarme en verdes pastos; me conduce junto a las aguas quietas.
Él restaura mi alma; él me guía por sendas de justicia por amor de su nombre.
Sí, aunque camino por el valle de la sombra de la muerte, no temeré al mal; porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me consuelan.
Preparas una mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; unges mi cabeza con aceite; Mi copa rebosa.
Ciertamente la bondad y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida: y habitaré en la casa del Señor para siempre.)