DANIEL (autor William Kelly)

DANIEL- Capítulo 12

El Gran Líder del Norte

En el capítulo 12, nosotros tenemos lo que sucede entre el juicio de los Gentiles y la introducción de los Judíos en su bendición. Hemos visto al "rey" y su iniquidad en la Tierra Santa, y hemos oído, también, acerca de los reyes del norte y del sur. No obstante lo que pueda haber parecido el poder temporal del gran líder del norte contra la Tierra Santa, con todo, él "llegará a su fin, y no tendrá quien le ayude." (Daniel 11:45). Ese fue su miserable final.
Pero ahora entra una pregunta interesante - ¿Cuál será la condición de Israel en aquel tiempo? La respuesta se da en estos primeros versículos: "En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo." (Daniel 12:1). Este era el pueblo por el cual Daniel estaba preocupado. Él no tenía idea de lo que llamamos ahora un pueblo Cristiano - no tenía ninguna noción de que vendría un tiempo, ya establecido en los consejos de Dios, cuando ya no habría más distinción entre Judíos y Gentiles, y cuando ambos serían formados, mediante la fe en un Cristo crucificado, en un cuerpo por el Espíritu Santo enviado desde el cielo. Todo esto era desconocido para Daniel y aun el Señor nunca le otorga que él anticipe un estado semejante. Ninguna profecía en Daniel, ni en ningún otro, lo revela, aunque muchas insinúan ciertos detalles que se han realizado ahora en ella, tal como lo vemos en Romanos 9, 10, etc. "Tu pueblo" (Daniel 12:1) significa, simple y únicamente, el pueblo Judío. Daniel estaba correcta y profundamente interesado en ellos, como debería estarlo un verdadero Israelita de Dios que estimara que la gloria de Dios estaba relacionada con Su pueblo. Por consiguiente, el Espíritu de Dios le comunica que en aquel tiempo habría un momento decisivo en la historia de Israel. En lugar de un mero control providencial - Miguel resistiendo a este u otro príncipe, por ejemplo - él estará a favor de ellos, asumiendo el caso de ellos y reprimiendo definitivamente a sus adversarios; pero, aun entonces, no sin una lucha terrible. La defensa de ellos era su tarea habitual. Pero él se levantará ahora para completar los grandes propósitos terrenales de Dios en la liberación de los Judíos.
Tampoco compara a Miguel con Jesús, simplemente comenta el versículo 1