Cuando Jesús comenzó a hablar con la samaritana, y después de prometerle que le daría un agua que nunca dejaría de fluir, ella se emocionó con esas palabras. Le dijo a Jesús que le diera esa agua. Inmediatamente que ella le dijo eso, Jesús le dijo:

Juan 4:16  (...) “Ve, llama a tu esposo y ven a este lugar”.

Que no hubiera confusión; Jesús no quería estar hablando con una mujer como aquella a solas ... Pero él sabía que la mujer no estaba casada con el hombre con el que estaba teniendo relaciones. Ella le respondió:

v.17a “No tengo esposo”.

Aunque eso era verdad porque ella no estaba casada, era una respuesta que lo que perseguía era disimular la realidad de que estaba en una relación con un hombre con el que no estaba casada. Jesús no le recriminó por su respuesta, sino que le dijo:

Juan 4b “Bien dijiste: ‘No tengo esposo’. 18 Porque has tenido cinco esposos, y el que ahora tienes no es tu esposo. Esto lo has dicho verazmente”.

Así que ella no tenía esposo, pero sí estaba teniendo relaciones con un hombre con el que no se había casado. Si Jesús le dijo "llama a tu esposo", significa que Jesús estaba haciéndole entender a aquella mujer que su relación que estaba teniendo no era correcta. Él sabía muy bien que aquella mujer no estaba casada y que se acostaba con un hombre. Sin embargo ella sí había estado casada cinco veces antes de aquello. La mujer sabía la diferencia entre estar casado y no estarlo, y JESÚS TAMBIÉN SABE LA DIFERENCIA.

Los cristianos verdaderos no son como la samaritana que tiene relaciones sin casarse, sino que tienen su cónyuge para que esas relaciones sean aprobadas por Dios.

Si Esperancita o MariaLaura hubieran sido aquella mujer, qué le habrían contestado a Jesús? Y qué les habría contestado? Quizás con un:

Juan 8:11 “Tampoco yo te condeno. Vete; desde ahora ya no practiques pecado”.

Los cristianos verdaderos no rehúyen de lo que es correcto. No buscan motivos vanos para amar y seguir practicando el pecado.