Había una vez, en una granja, tres gallinas picoteando, sobrevolando un árbol, mientras la dueña de la finca, tendía la ropa desde su balcón, a medio vestir y un poco pasada de moda. De repente, llegó un viejo decrépito, silbando entre dientes La Cucaracha, se paró en seco y dijo "Señorita, se le ve el panty grandote, ¿que le parece si lo cambia por algo sexy?"
Ella lo mira, y va corriendo a llamar a su hija, que tiene 17 años, para que le preste unas pantuflas de conejito que combinan bien con sus rodillas pálidas y peludas igual que las de Estrella Fugaz, antes de cirugía; pero su hija, la que todos quieren ver desnuda, resultó ser monja... entonces el viejo se quito su salacot y postrándose sobre el pasto, hizo un gesto obsceno con su mano en el codo.
Ella, acercándose le propuso algo que lo ruborizó e inmediatamente tomó su celular antiguo, hizo una selfie de él, besándole su lindo trasero.
La madre, que no usa facebook, opinó que según las redes sociales, es mejor acostarse para hacer selfies.
Como demostración, se desnudará EduarAt enseguida, mirando pervertidamente hacia Violeta que pasaba.
El ropero que no tiene ropa, es donde ella guarda sus más de 100 pantaletas heredadas de su catálogo de modas; pensó ponerse una para que Eduar apreciase su belleza (interior).
El lindo trasero de la hija era deseado por Ángela, su madre, que siempre soñó en poder transplantárselo para verse joven, cosa que no contrastaría con sus pantalones, polleras, mallas, porque sus rodillas dan mucha lástima; pero al viejo nunca le importó, por eso quiso darle una sorpresa, así que bajó y le agarró el dedo gordo, que tenía gota. El alarido llegó resonando como trueno, hasta la hija se asombró bastante. Una gallina empezó.. .